miércoles, 12 de septiembre de 2007

The Great Labyrinth Project - reseña del disco



HOLA AMIGOS, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Con la presente les hago saber sobre THE GREAT LABYRINTH PROJECT, el proyecto dirigido por el guitarrista peruano radicado en los EE.UU. Ricardo Rodríguez. Asumiendo adicionalmente los roles en el bajo, teclados y programación de ritmos, además de utilizar la guitarra midi, Rodríguez se ha dado abasto para sacar a la venta el CD debut de THE GREAT LABYRINTH PROJECT, el mismo que está a la venta a través de su blog de Myspace: www.myspace.com/thegreatlabyrinthproject Aunque se trata de un proyecto netamente instrumental, este disco ha salido con títulos en español e inglés, respectivamente: “Desde el Centro del Laberinto” y “From the Center of the Labyrinth”. Pueden encontrar cuatro temas del disco en este blog, pero también pueden encontrar otros dos en su blog de Musicazo (www.musicazo.com.gruposlist/gruposlist.php), buscando en la sección de rock progresivo. Lo que se advierte de entrada es que el estilo plasmado en este proyecto se basa en una muestra enérgica y colorida de rock sinfónico con eminentes tintes de rock duro y la psicodelia tipo space-rock; incluso hay algunos coqueteos con el jazz-rock moderno, que no por ser tan recurrentes dejan de hacerse notar. Los referentes principales en las composiciones son RUSH, el sinfonismo estandarizado de raigambre yessera, las atmósferas envolventes del PINK FLOYD de la era 73-75, las oleadas oníricas y exóticas de OZIC TENTACLES en sus faceta más pesada, y el efectismo estilizado de un SATRIANI.

El repertorio consiste en: Intro / Roller Coaster / Fotografía / A.L.G.D.G.A.D.U. / El Despertar del Dragón / Hermoso Amanecer / Aprendiz / Viajero del Tiempo / La Princesa de Eskurtu / Outro

Con ‘Intro’ tenemos una atractiva alternancia de cortinas cósmicas con pasajes fuertes, casi prog-metal, en siete octavos: esta alternancia funciona como manifestación de algo que está a punto de irrumpir. Y la irrupción se cumple, en efecto, con la siguiente pieza, ‘Roller Coaster’, desde sus riffs de entrada y las efervescentes variantes que se van dando en el desarrollo. Sin tratarse de una pieza tremendamente compleja, sí logra transmitir un aura de sofisticación a través de sus sucesivos ambientes, lo que permite redondear la faena de una composición cohesiva y con gancho. ‘Fotografía’ es más compleja en la resolución de las variantes que se van sucediendo, pasando de un pasaje introductorio etéreo a un primer motivo cálido y melancólico, para luego llegar a una sección donde se alternan cadencias de tendencia blueseada con otros más dinámicos; el arribo a un breve reprise del primer motivo marca una conclusión eficaz. Más adelante, ‘El Despertar del Dragón’ lleva un paso más allá la polenta rockera que tan crucial resulta para la visión musical de Rodríguez, con una base rítmica que se apunta más hacia la esfera del jazz-rock funky a fin de darle un aire especial a los riffs de guitarra. Entre la foto y el dragón se ubica ‘A.L.G.D.G.A.D.U.’, un tema donde los aires exóticos de inspiración medio-oriental se plasman con energía y espíritu ceremonioso, como si asistiéramos a un ritual de talante extrovertido y sobrio a la vez. ‘Hermoso Amanecer’ porta una sencillez lírica bien llevada, evitando lo empalagoso gracias al efectivo uso de sonoridades etéreas tanto en los solos de guitarra como en las orquestaciones de teclado. También lírico pero con una mayor extroversión en los ambientes y el ritmo, ‘Aprendiz’ (una de las primeras composiciones que salieron a la luz en la primera etapa de este proyecto) recoge la faceta más estilizada del repertorio precedente; incluso creo notar un ligero tenebrismo en la densidad atmosférica que hace aparición en alguna parte del medio. Los temas 8 y 9 son aquellos donde quizá se refleja de manera más exitosa la ideología de complejidad progresiva. ‘Viajero del Tiempo’ expone un buen híbrido de YES y RUSH, incluyendo pasajes con compases inusuales y dramáticos giros armónicos donde los contrastes se trabajan de manera fluida. ‘La Princesa de Eskurtu’ no resulta tan bien integrada como la pieza anterior, pero también despliega ingenio en su manejo de la ambiciosa lógica de los cambios de ritmo, motivo y ambiente: hay ciertos momentos específicos donde la belleza de un solo o una serie de acordes brilla de manera especial. El minuto y medio que ocupa ‘Outro’ es una retoma de la sección rockera de ‘Intro’, un buen cierre para un disco ingenioso y ameno.

Sinceramente creo que se trata de un muy interesante ítem de la escena progresiva contemporánea, y desde ya recomiendo la adquisición del mismo.

César Inca Mendoza