viernes, 27 de julio de 2007

CANVAS SOLARIS: “Cortical Tectonics” (2007)




Temas
1. Berserker Hypothesis
2. Sinusoid Mirage
3. Interface
4. Gamma Knife
5. Rhizome
6. Reticular Consciousness


El alucinado ensamble de metal instrumental experimental CANVAS SOLARIS vuelve a ofrecernos, desde el estado norteamericano de Georgia, un catálogo de música enérgica, potente y versátil. A solo un año de la edición de su “Penumbra Diffuse” (el primer disco que conocí de la banda), el trío de Nathan Sapp, Ben Simpkins y Hunter Grinn resuelve profundizar en su peculiar mezcla de prog-metal, math-rock, jazz-rock, thrash metal, crimsonismo y psicodelia etérea para establecer una línea de trabajo más minuciosa en el manejo de contrastes y el despliegue de virtuosismo técnico, no pocas veces gratuito, pero definitivamente, siempre gratificantemente retador para el melómano amante de los senderos más bizarros de la vanguardia prog-metalera.

El incendiario tema ‘Berserker Hypothesis’ se explaya en un derroche de compleja fiereza expandida a través de riffs entrecortados y tensiones rítmicas que ya rayan lo humanamente imposible, y aun así, resulta que la polenta rockera se expone con una vitalidad bastante fresca. Su lapso de poco menos de cuatro minutos está muy bien aprovechado en lo que se refiere a la capacidad de impresionar al oyente con pericia técnica. Es como una acentuación de las cualidades más efectistas del tema de apertura de su anterior obra “Penumbra Diffuse”. Tras esta apertura de fuego y delirio siguen dos temas más notoriamente reposados (que no exentos de fuerza). ‘Sinusoid Mirage’ comienza con una vibración etérea donde el compás de los platillos y los sonidos semejantes al piano eléctrico parecen flotar en el aire pro un espacio de 2 minutos, antes de que entre la sección principal, marcada por una esencia jazz-rock ornamentada con connotaciones metal. ‘Interface’ ahonda más en la faceta más relajada del ensamble con sus aires decididamente fusionescos en clave crimsoniana, algo muy emparentado con las sonoridades más recurrentes de los discos solistas de TREY GUNN. Este momento de contemplación (con su suave dosis de neurosis) es una prueba de la habilidad que tiene el grupo para crear ambientes evocativos con ideas sencillas, y de paso, resulta muy oportuno dado el tremendo efluvio de energía y pirotecnia que tiene lugar en ‘Gamma Knife’, una de las piezas más fehacientemente llamativas del disco. ‘Gamma Knife’ contiene un viaje musical de 8 minutos donde se retoma en buena medida el frenesí inapelable del primer tema aunque arropado con una mayor sofisticación merced al uso de trucos estilizados muy a lo prog-metal (influencia de FATES WARNING) y a la aparición de ciertos fraseos melódicos bien definidos en medio de los exigentes ejercicios de acordes y síncopas raras. ¿Hay lucimiento por el gusto de lucirse? Sin duda, pero me parece que este ejercicio de exhibicionismo contiene la suficiente agilidad en su ambiente interno como para no perderse en divagaciones innecesarias: cada riff, cada solo, cada cambio de ritmo, cada metralla de doble bombo está en su correcto lugar durante el desarrollo y expansión de los motivos.

‘Rhizome’ comienza con un justo medio entre las aventuras jazz-rockeras del tema 2 y las cadencias hipnóticas del tema 3 en sus pasajes más relajados; luego, cuando surgen abruptamente las secciones más fieras tenemos un nuevo despliegue de la más pura esencia CANVAS SOLARIS. Los últimos 17 minutos del disco están ocupados por ‘Reticular Consciousness’, monumental pieza de cierre. Ésta comienza con un motivo bien definido dentro del prog-metal de resabios math-rock: aquí más que en los anteriores temas potentes logra Hunter Ginn exhibir la ingeniosa mezcla de fuego metalero y swing jazzero que conforma su estilo percusivo. Poco antes de entrar al tercer minuto y medio nos metemos en un segmento medio “spacey” que suena a un intermedio entre OZRIC TENTACLES y DJAM KARET (en su faceta más ensoñadora). Mientras avanza esta sección el aspecto cósmico se hace predominante hasta que llega un motivo de contrapuntos crimsonianos que opera como puente para una sección más relajada, algo así como una versión remodernizada de los climas oníricos floydianos de la era pre-“Dark Side”. Poco después de entrado el noveno minuto irrumpe un riff que en cuestión de segundos nos regresa frontalmente al ambiente inicial de prog-metal con tendencias math, aunque esta vez la guitarra sintetizada casi roba el protagonismo a la guitarra solista en algunos fraseos; con el reprise del motivo cósmico anteriormente mencionado regresamos desde la euforia al misterio nuevamente directo hasta la conclusión. CANVAS SOLARIS demuestra con su “Cortical Tectonics” que tiene ganas de y recursos para seguir siendo una fuerza motriz relevante para el desarrollo de la actual escena prog-metal en su vertiente más aventurera: de lo mejorcito y más filudo que ha dado el metal últimamente.


César Inca Mendoza

domingo, 22 de julio de 2007




Temas
1. Fumarolas del Alma
2. Ciudad de Papel
3. El Llamado del Totoral
4. El Gran Acuerdo
5. Migraciones Eternas
6. La Voz de los Niños
7. Acción Por Los Cisnes
8. Tralcao (Lugar de Truenos)
9. Homínidos (Historia de Seres Nerviosos)
10. Los Trabajadores
11. E-N-E-U-J (Esto No Es un Juego)
12. Boletos Para Ir

Dejándose llevar por la corriente de creatividad e ingenio que se manifestó en su monumental disco precedente “La Isla de los Muertos”, el ensamble chileno LA DESOOORDEN vuelve a la carga con otro magnífico concept-disc – “Ciudad de Papel”. Aunque la temática sigue combativamente comprometida con la cuestión ambiental, esta vez el tema se concentra en la contaminación ambiental a nivel global por causa de los excesos de la galopante industrialización. El sonido grupal se siente más cargado, lo cual quiere decir que pone menos énfasis en las texturas de raigambre mística (completamente apropiada para el disco anterior) y más énfasis en la articulación fluida de diversos matices, adornos y complejidades dentro de su bien definida vertiente rock-fusión. Este disco destila una mayor dosis de aspereza propia del rock dentro de la compleja amalgama estructural creada por la banda; en las partes más serenas salen a relucir las influencias de CONGRESO y, en general, los estándares del rock-fusión en cuanto a densidad rítmica y sensibilidad melódica, mientras que en los momentos más filudos pueden notarse ciertos paralelos con KOIAK y la línea actual de MAR DE ROBLES. La labor del guitarrista Alfonso Banda es más destacada en comparación con “La Isla de los Muertos”, pues se da más abasto para meter solos y fraseos y hacerlos destacar en medio de las orquestaciones de saxos y los consistentemente contundentes aportes de la dupla rítmica (mención especial para el baterista-percusionista Rodrigo González, totalmente magistral en su potencia y versatilidad).

Con una cadencia tribal sincopada al punto de reflejar una especie de reflexión sosegada desde el corazón de la tierra, ‘Fumarolas del Alma’ conforma el inicio del disco: se trata de un tema en el que la energía global del ensamble va transitando fluidamente sobre las cadencias rítmicas, mientras que el violín (a cargo de un recurrente invitado de lujo, Benjamín Ruz) dialoga mágicamente con el saxo de Peter Pfeifer. El tema homónimo sube los decibeles un poco, especialmente en los momentos (como el inicial) donde los riffs guitarreros marcan la pauta, pero pronto nos encontramos con pasajes más contenidos en los que la instrumentación se matiza a fin de dejar que el canto dual de Altamirano y Contreras salga al frente y maneje la energía de las letras. Hay un interludio hermoso que supone el momento más relajado del tema antes del retorno del motivo inicial con un añadido cariz épico. A continuación siguen dos instrumentales, ‘El Llamado del Totoral’ y ‘El Gran Acuerdo’. El primero comienza con retazos sostenidos de didgeridoo contrapunteados por golpes de percusiones exóticas, creando al poco rato una danza ceremonial refrescante. El segundo es un ejercicio de jazz-rock, emparentado con lo que hacen AKINETÓN RETARD (otro gran ítem chileno) en sus momentos menos explosivos: con la presencia de invitados en violín y trompeta el sonido queda lleno de manera muy efectiva. ‘Migraciones Eternas’ me suena, en principio, a una combinación de los espíritus respectivos de las dos primeras canciones, logrando así manejar la continuidad estilística del disco. Pero además contiene una variantes y expansiones en su desarrollo que permiten al ensamble dar rienda suelta a sus ambiciones estilísticas – definitivamente, una de las gemas más sofisticadas de “Ciudad de Papel”. ‘La Voz de los Niños’ tiene una aureola más cinematográfica, destacando el pasaje de piano sobre el que fluye un coro infantil mientras la ocarina y ciertos artilugios percusivos ornamentan sutilmente el ambiente.

’Acción por los Cisnes’ continúa con esta tendencia cinematográfica en el comienzo, donde la voz de una activista y el ruido de consignas nos invitan a tomar conciencia sobre la alarmante urgencia del problema ambiental. Cuando el ensamble entra en acción, las cosas regresan a su caudal musical habitual de complejidad, aunque ciertamente con un aura más marcada hacia lo tenebroso y lo misterioso. ‘Tralcao (Lugar de Truenos)’ mantiene la explícita onda ecológica, transmitiendo esta vez una onda acústica donde se resalta lo percusivo: dicho sea de paso, el solo de saxo soprano es exquisito, realmente. ‘Homínidos’ es un instrumental donde la banda coquetea ligeramente con sonoridades propias del rock vanguardista. ‘Los Trabajadores’ reitera parcialmente la cadencia de la canción 2, con la variante de que aquí se hacen algunos guiños ocasionales al funk. ‘E-N-E-U-J’ pone, en su motivo principal, toda la carne rockera en el asador en un frenesí bien metido en el rock duro y la psicodelia, emanado desde la guitarra y desde la esforzada labor de la batería, generando así un acercamiento con LED ZEPPELIN y RED HOT CHILI PEPPERS. Los parajes donde aparece la trompeta invitada ayudan a crear oasis de variedad en medio de este torrente. El disco termina con los paisajes reflexivos de ‘Boletos Para Ir’, los mismos que son introducidos por delicados arpegios de guitarra sobre los que flotan etéreas líneas de saxo soprano. Los tambores étnicos y los ornamentos delicados de bajo ayudan a mantener un aura de evocación antes de que entren las partes cantadas. Los vuelos ocasionales del violín y los ornamentos adicionales de trompeta ayudan a completar el colorido espiritual de este envolvente mensaje de despedida.

“Ciudad de Papel” supone un nuevo exquisito logro artístico de parte de LA DESOOORDEN: recomendado como un aporte significativo dentro de la vanguardia rockera latinoamericana para este año 2007.

César Inca Mendoza

sábado, 21 de julio de 2007

OUTER LIMITS: “Stromatolite” (2007)






Temas
1. Cosmic Velocity
2. Consensus
3. Lullaby
4. algo_rhythm.c
5. Caprice
6. Spiral Motion
7. Dahlia
8. Pangea
9. Organ Small Works No. 4
10. Constellation

El estromatolito es una arcaica roca laminada con origen microbiano: los fundamentos de su origen forman parte esencial de los cimientos de la vida terrestre. El estromatolito también es aludido en el título del nuevo disco del renacido ensamble japonés OUTER LIMITS – debo añadir que esta obra “Stromatolite” es una de las más excitantes del género progresivo para el presente año 2007. El disco nos muestra a una banda con un cambios relevante en su formación como es la ausencia del expresivo Tomoki Ueno en la voz principal y teclados adicionales, pero aun así firme a su compleja visión artística, la misma que se funda en la confluencia de sinfonismo con fuertes elementos dramáticos, texturas góticas, dinamismo de tendencia neo con alientos sombríos y esquemas de cámara. El bajista Tadashi Sugimoto se hace cargo de la voz principal y añade el stick y el cello a su aporte instrumental. OUTER LIMITS se ve decidido a retomar el sendero que dejaron atrás con su desintegración a inicios de los 90s al crear un puente estilístico con el que fuera hasta ahora su último disco, “The Scene of Pale Blue”. El manejo estilizado de ambientes perturbadores y la magia sombría descargada a través de las atmósferas casi cinematográficas dirigidas por los teclados y cuerdas hacen al oyente conocedor remontarse frontalmente hacia el disco antes mencionado. Debo decir, por mi parte, que “Stromatolite” llega más lejos en esta propuesta, ofreciendo una compacidad mejor lograda y una ilación de ideas incansablemente sugerentes. No sé cuánto de esto que estoy diciendo se debe al impacto psicológico de lo novedoso, pero estoy casi totalmente dispuesto a considerar a este disco como el mejor de OUTER LIMITS en toda su carrera.

‘Cosmic Velocity’ da inicio al disco con un fulgor infinito que parece que no va a cesar nunca. La dupla rítmica genera un motor de precisión para solventarse en su tarea de sostener las excursiones de sus compañeros de viaje: las espirales dibujadas por el violín, el solo de guitarra casi a lo RIO, los sintetizadores que despliegan una garra apabullante en sus líneas espectrales. Toda la instrumentación opera como una maquinaria excelsa de sonido, marcada por efluvios grandilocuentes de esplendor progresivo: la llegada del rotundo final le da al clímax un broche apropiado para la fastuosidad que ha sido desplegada de principio a fin, a través de todos los poros de este tema. ‘Consensus’, la primera pieza cantada del álbum, nos trae una muestra de progresivo misterioso atravesada por sonoridades casi industriales – gancho estilizado y ornamentos inquietantes, dos en uno. ‘Lullaby’ parece un ensueño agridulce emanado desde los jardines de un palacio rococó en horas del crepúsculo: el canto sereno de Sugimoto parece susurrarnos un secreto que había estado escondido por largo tiempo. La cadencia irresistiblemente contemplativa del motivo principal es explotada sabiamente por los excelentes colores dibujados por el violín y el cello, cuyo dueto parece ocupar toda la atmósfera de manera elegante y contundente a la vez. Ahora bien, si hablamos de contundencia en el sentido más literal de la palabra, el instrumental ‘algo_rhythm.c’ nos muestra a la banda elaborando un híbrido de ELP y UK en una electrizante amalgama progresiva, la misma que se erige como uno de los picos máximos del repertorio. ‘Caprice’ es un solo de violín al estilo barroco que por un espacio de un minuto y medio sustenta un preludio para ‘Spiral Motion’. Es por ello que los últimos fraseos del solo de violín enarbolan ciertas disonancias inesperadas, pues la entrada de ‘Spiral Motion’ tiene mucho de nebuloso y misterioso. Cabe destacar en esta pieza las emisiones cuasi-frippianas que surgen en el solo de guitarra (un recurso que aparece más de una vez en la labor de Takashi Aramaki). ‘Dahlia’ tiene un compás menos impetuoso pero sigue apostando por climas inquietantes: aquí la guitarra tiene más espacio para el lucimiento que en los temas anteriores, donde sus solos parecen relegados a los lugares que el violín tiene a bien dejarle. Aunque, a decir verdad, el solo que más me impresiona es el de sintetizador, cósmico al modo de una pesadilla, como si fuera una tormenta de lamentos que brota desde las entrañas del limbo. El canto de Sugimoto, siempre sobrio, aparece cuando la instrumentación baja los decibeles. La coda instrumental que sigue a la última porción cantada es realmente tenebrosa.

Como para ayudar un poco a aliviar la presión ambiental creada hasta el momento, ‘Pangea’ ofrece los motivos melódicos más épicos y menos oscuros del disco, manejados con un control asertivo. Suena a una mezcla de banda sonora de películas de héroes con PENDRAGON (en su mejor sazón). Pero… como la gente de OUTER LIMITS no puede con su genio, siempre tiene que poner algo perturbador como sea: esto sucede en los momentos en los que el violín se explaya en algunos solos sobre algunas pulsaciones de bajo, mas estos momentos son solo puentes entre tomas y retomas de los pasajes más épicos. En estos pasajes el grupo se muestra más afín a los acentos misteriosos a los cuales era tan afecto el ya extinto grupo polaco ABRAXAS. El tema 9 es un solo de órgano de fuelles cuyo espíritu y vibración se emparientan con los pasajes góticos tan recurrentes en los discos de DEVIL DOLL. Con sus casi 10 minutos de duración, ‘Constellation’ es el tema más extenso del disco. Es un tema épico atravesado por una sonoridad a lo PALLAS de los últimos años, inclinándose hacia ambientes cándidos. Se trata de una vuelta de tuerca en lo que se refiere a ambiente, pero la densidad creada por la instrumentación en bloque (densidad especialmente realzada por las suntuosas orquestaciones de teclado, abriendo brechas para la creación y exploración de continuas texturas) le permite tender un puente de continuidad a contrapelo con las variantes ofrecidas. Con este final explícitamente colorido concluye “Stromatolite”, el retorno a lo grande de OUTER LIMITIS. En verdad, este disco es un estromatolito lleno de espledorosa plenitud progresiva.

César Inca Mendoza

viernes, 20 de julio de 2007

OMNI "Sólo Fue un Sueño" (2007)




Temas
1. Sólo Fue un Sueño
2. Ya estamos Aquí
3. Noche en Malandar
4. Telescopio de Papel
5. El Tren de Rota
6. Un Columpio Sobre el Mar
7. Espíritu Libre
8. Salto al Abismo

El ensamble gaditano OMNI acaba de meter otro golazo artístico con ésta, su tercera obra – “Sólo Fue un Sueño” confirma a este sexteto como una banda campeona dentro del género progresivo sinfónico en la Península Ibérica. Encaminándose segura y firmemente por los campos del lirismo y la candidez melódica, el grupo transita por sus ideas melódicas con exquisita elegancia, ideas arregladas de manera ágil a través de las interacciones creadas por los músicos en una constante comunión que se siente plena todo el tiempo. De esta manera, el grupo se decanta por reforzar los elementos más saltantes de su ya casi legendaria segunda obra “El Vals de los Duendes”, igualando la prestancia de ésta a la vez que la supera en cuanto a coherencia estilística. Los teclados de Alberto Márquez obtienen una mayor presencia dentro del bloque sonoro armado por la banda, mientras que la sección rítmica (batería-bajo-guitarra rítmica) adquiere una mayor dosis de potencia. Por su parte, el vientista Pepe Torres sabe entrometerse juguetonamente en medio de los aportes de la primera guitarra y los teclados con total soltura, a veces creando una triangulación con éstos, otras veces escurriéndose para llenar espacios de manera precisa. En líneas generales, se nota que el grupo ha ganado en dinamismo y soltura. Es uno de esos discos que pueden muy bien cautivar al oyente desde una primera escucha por su colorido y elegancia, y también por su energía – ya con escuchas más detenidas uno puede apreciar detalles y esquematizar mentalmente su propia percepción de la manifestación sonora contenida en el repertorio.

El disco comienza con la pieza homónima, la cual es básicamente un preludio etéreo ocupado por ensoñadores acordes de piano y efectos parecidos a silbidos celestiales, todos ellos flotando a través de un viento cadencioso – es como estar inmerso en el proceso de despertar hacia un nuevo día, y ciertamente, la frescura y entusiasmo del nuevo día es lo que nos parece presentar ‘Ya Estamos Aquí’, un tema de 5 minutos de duración con un tenor explícitamente alegre, el cual se anuncia frontalmente el espíritu general de la mayor parte del disco. Aires de CAMEL y GENESIS, tan recurrentes en tanto influencias seminales del sonido OMNI, emergen para que la banda trabaje con ellos según su propia visión. Tras una primera sección reposada y serena, ‘Noche en Malendar’ ofrece una faceta más compleja de su dinamismo intrínseco en la segunda parte, implementando adicionalmente elementos inspirados en CAI e IMÁN (otro referentes esenciales de la banda) y operando con alternancias de compases en 11/8 y 5/4. Con la retoma de la parte inicial se recupera la serenidad ceremoniosa para el final. ‘Telescopio de Papel’ crea algo así como un punto intermedio entre las dos piezas anteriores – esta secuencia que va de los temas 2 al 4 se puede escuchar de corrido desde un estado de empatía, pues el uso inteligente de solos y adornos a la guitarra y a los teclados ayuda a realzar el poder evocativo de las melodías. Pero si queremos llegar a uno de los puntos máximos de evocación, no tendremos que ir más lejos: ‘El Tren de Rota’ nos muestra una inspirada reconstrucción de los cánones del rock andaluz tradicional, creando un paisaje sonoro donde lo sinfónico se enriquece tremendamente con cadencias de corte jazz-rock y matices arábigos envolventes. Si las partes más alegres nos llevan a emociones candorosas y amenas, las más lentas nos transportan a ambientes contemplativos armados con impecable elegancia: en relación con estos últimos, cabe hacer una mención especial a los medidos solos de saxo que Torres exhibe en paralelo a los fraseos (más sueltos, influidos en algo por OLDFIELD) de la guitarra solista de Starry. Hasta ahora, ‘El Tren de Rota’ y ‘Noche en Malandar’ constituyen sendos picos de un repertorio que, de por sí, no tiene desperdicio alguno.

Tras los 10 ½ minutos de ‘El Tren de Rota’ vienen los 9 de ‘Un Columpio Sobre el Mar’, el cual muestra a OMNI acercándose más notoriamente al prog-fusión, y como es natural, ésta es manejada desde el ámbito de lo aflamencado. La base rítmica explora fluidamente su potencialidad jazzera mientras que la guitarra y el teclado se explayan persistentemente en un dueto al desarrollar las líneas melódicas principales. Con la aparición de un interludio más relajado tenemos una nueva oportunidad para apreciar la sensibilidad de Torres para crear texturas propicias, eso antes de que la retoma del motivo inicial, con ornamentos adicionales, conduzca al tema a su clímax definitivo. ‘Espíritu Libre’ tiene una agilidad afín a las imágenes aludidas en su título: mantiene el fulgor que ha caracterizado a las secciones más extrovertidas del repertorio precedente, dando prioridad a los estándares del sinfonismo. ‘Salto al Abismo’ da cierre al disco con un aire de serenidad, tal vez un tanto misteriosa, como si estuviera anticipando el arribo de la oscuridad de la noche. El toque de majestuosidad provisto por el solo de Starry permite al disco terminar con broche de oro. Concluyo diciendo simplemente que “Sólo Fue un Sueño” es una gozada progresiva, ni más ni menos – OMNI se da abasto para seguir siendo un nombre firme dentro del movimiento progresivo español.

César Inca Mendoza