sábado, 21 de julio de 2007

OUTER LIMITS: “Stromatolite” (2007)






Temas
1. Cosmic Velocity
2. Consensus
3. Lullaby
4. algo_rhythm.c
5. Caprice
6. Spiral Motion
7. Dahlia
8. Pangea
9. Organ Small Works No. 4
10. Constellation

El estromatolito es una arcaica roca laminada con origen microbiano: los fundamentos de su origen forman parte esencial de los cimientos de la vida terrestre. El estromatolito también es aludido en el título del nuevo disco del renacido ensamble japonés OUTER LIMITS – debo añadir que esta obra “Stromatolite” es una de las más excitantes del género progresivo para el presente año 2007. El disco nos muestra a una banda con un cambios relevante en su formación como es la ausencia del expresivo Tomoki Ueno en la voz principal y teclados adicionales, pero aun así firme a su compleja visión artística, la misma que se funda en la confluencia de sinfonismo con fuertes elementos dramáticos, texturas góticas, dinamismo de tendencia neo con alientos sombríos y esquemas de cámara. El bajista Tadashi Sugimoto se hace cargo de la voz principal y añade el stick y el cello a su aporte instrumental. OUTER LIMITS se ve decidido a retomar el sendero que dejaron atrás con su desintegración a inicios de los 90s al crear un puente estilístico con el que fuera hasta ahora su último disco, “The Scene of Pale Blue”. El manejo estilizado de ambientes perturbadores y la magia sombría descargada a través de las atmósferas casi cinematográficas dirigidas por los teclados y cuerdas hacen al oyente conocedor remontarse frontalmente hacia el disco antes mencionado. Debo decir, por mi parte, que “Stromatolite” llega más lejos en esta propuesta, ofreciendo una compacidad mejor lograda y una ilación de ideas incansablemente sugerentes. No sé cuánto de esto que estoy diciendo se debe al impacto psicológico de lo novedoso, pero estoy casi totalmente dispuesto a considerar a este disco como el mejor de OUTER LIMITS en toda su carrera.

‘Cosmic Velocity’ da inicio al disco con un fulgor infinito que parece que no va a cesar nunca. La dupla rítmica genera un motor de precisión para solventarse en su tarea de sostener las excursiones de sus compañeros de viaje: las espirales dibujadas por el violín, el solo de guitarra casi a lo RIO, los sintetizadores que despliegan una garra apabullante en sus líneas espectrales. Toda la instrumentación opera como una maquinaria excelsa de sonido, marcada por efluvios grandilocuentes de esplendor progresivo: la llegada del rotundo final le da al clímax un broche apropiado para la fastuosidad que ha sido desplegada de principio a fin, a través de todos los poros de este tema. ‘Consensus’, la primera pieza cantada del álbum, nos trae una muestra de progresivo misterioso atravesada por sonoridades casi industriales – gancho estilizado y ornamentos inquietantes, dos en uno. ‘Lullaby’ parece un ensueño agridulce emanado desde los jardines de un palacio rococó en horas del crepúsculo: el canto sereno de Sugimoto parece susurrarnos un secreto que había estado escondido por largo tiempo. La cadencia irresistiblemente contemplativa del motivo principal es explotada sabiamente por los excelentes colores dibujados por el violín y el cello, cuyo dueto parece ocupar toda la atmósfera de manera elegante y contundente a la vez. Ahora bien, si hablamos de contundencia en el sentido más literal de la palabra, el instrumental ‘algo_rhythm.c’ nos muestra a la banda elaborando un híbrido de ELP y UK en una electrizante amalgama progresiva, la misma que se erige como uno de los picos máximos del repertorio. ‘Caprice’ es un solo de violín al estilo barroco que por un espacio de un minuto y medio sustenta un preludio para ‘Spiral Motion’. Es por ello que los últimos fraseos del solo de violín enarbolan ciertas disonancias inesperadas, pues la entrada de ‘Spiral Motion’ tiene mucho de nebuloso y misterioso. Cabe destacar en esta pieza las emisiones cuasi-frippianas que surgen en el solo de guitarra (un recurso que aparece más de una vez en la labor de Takashi Aramaki). ‘Dahlia’ tiene un compás menos impetuoso pero sigue apostando por climas inquietantes: aquí la guitarra tiene más espacio para el lucimiento que en los temas anteriores, donde sus solos parecen relegados a los lugares que el violín tiene a bien dejarle. Aunque, a decir verdad, el solo que más me impresiona es el de sintetizador, cósmico al modo de una pesadilla, como si fuera una tormenta de lamentos que brota desde las entrañas del limbo. El canto de Sugimoto, siempre sobrio, aparece cuando la instrumentación baja los decibeles. La coda instrumental que sigue a la última porción cantada es realmente tenebrosa.

Como para ayudar un poco a aliviar la presión ambiental creada hasta el momento, ‘Pangea’ ofrece los motivos melódicos más épicos y menos oscuros del disco, manejados con un control asertivo. Suena a una mezcla de banda sonora de películas de héroes con PENDRAGON (en su mejor sazón). Pero… como la gente de OUTER LIMITS no puede con su genio, siempre tiene que poner algo perturbador como sea: esto sucede en los momentos en los que el violín se explaya en algunos solos sobre algunas pulsaciones de bajo, mas estos momentos son solo puentes entre tomas y retomas de los pasajes más épicos. En estos pasajes el grupo se muestra más afín a los acentos misteriosos a los cuales era tan afecto el ya extinto grupo polaco ABRAXAS. El tema 9 es un solo de órgano de fuelles cuyo espíritu y vibración se emparientan con los pasajes góticos tan recurrentes en los discos de DEVIL DOLL. Con sus casi 10 minutos de duración, ‘Constellation’ es el tema más extenso del disco. Es un tema épico atravesado por una sonoridad a lo PALLAS de los últimos años, inclinándose hacia ambientes cándidos. Se trata de una vuelta de tuerca en lo que se refiere a ambiente, pero la densidad creada por la instrumentación en bloque (densidad especialmente realzada por las suntuosas orquestaciones de teclado, abriendo brechas para la creación y exploración de continuas texturas) le permite tender un puente de continuidad a contrapelo con las variantes ofrecidas. Con este final explícitamente colorido concluye “Stromatolite”, el retorno a lo grande de OUTER LIMITIS. En verdad, este disco es un estromatolito lleno de espledorosa plenitud progresiva.

César Inca Mendoza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, este es un excelente disco. POrque no lo subes???

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